En cuanto tengas un par de días libres aprovecha para una escapada a una de las diez mejores playas del mundo. Imagínatelo, llegas a Vigo, un relajante paseo en barco de 40 minutos y… ¡voila! La arena
blanquísima de la playa de Rodas, en las Islas Cíes (El diario británico The Guardian, la cataloga como la mejor playa del mundo), en todo su esplendor bajo
tus pies descalzos. Y de fondo, un agua azul turquesa como recién llegada del Mar Caribe.
Lo que te proponemos es que, de camino al paraíso de las Cíes, te pares a
vivir otras experiencias en Vigo. Y te garantizamos que te va a sorprender:
esta ciudad anfibia, incrustada a la vez en el mar y en la montaña, impregnará
tus sentidos como lo hace el océano que la envuelve, la nutre y la define.
Ven a saborear los tesoros de la ría, a perderte por callejuelas de piedra,
a emocionarte ante una puesta de sol sobre el mar y a dejarte llevar por la
fuerza de una ciudad en ebullición, de día y de noche.
Ven a desconectar del estrés y a conectar con la naturaleza, a comer de
maravilla en cualquier esquina, a salir de compras, de tapas y de marcha hasta
el amanecer si aún te queda energía. Todo es posible, en un solo viaje.
Este fin de semana vuelve a sentir el mar. El sonido de una ciudad que
vive, el bullicio del puerto pesquero, el sabor de unas ostras en A Pedra…
UN MAR DE VIDA (Belleza natural)
Alma marinera, esencia trabajadora, espíritu vanguardista. Vigo es mucho
más que playas bonitas y mariscadas. Es una ciudad con carácter. Bella, no de
facciones perfectas sino de personalidad arrolladora.
En el centro histórico puedes quedarte atrapado en un laberinto de
callejuelas empedradas y cuestas, que serpentean desde el barrio marinero de O
Berbés hasta el monte de O Castro, el lugar donde hace más de 2.000 años los
celtas decidieron echar raíces. Desde su mirador en la cima amurallada, en
pleno corazón de la ciudad, puedes disfrutar hoy de la misma vista espectacular
de la ría que encandiló a los primeros pobladores.
Y desde allí podrás apreciar también un paisaje de extraordinaria sinergia,
en el que conviven con armonía naturaleza e industria, grúas, arboledas y
bateas, lo nuevo y lo viejo. Eso es Vigo.
UN MAR DE SABORES (Una fiesta para el paladar)
Es difícil encontrar en esta ciudad un lugar donde no se coma bien. Vigo
destaca por su cocina tradicional gallega; el pulpo a feira, la empanada, el
pescado fresco o el marisco, nadie se va de la ciudad sin probarlos.
El puerto de Vigo es el lugar donde se descarga más pescado fresco de toda
Europa, abastece a los mercados y restaurantes locales con la mejor materia
prima.
Y lo que no te puedes perder es el espectáculo gastronómico que a diario se
despliega en la calle de las ostras, tanto si eres fan de estos moluscos con
sabor a mar como si no. Sobre mesas de piedra al aire libre las ostreras abren
con una destreza mágica las ostras de la ría, en un bailar de platos que no
cesa y en un ambiente que suena a romería. Se degustan al natural, solo con un
poquito de limón y acompañadas de un buen albariño D.O.Rías Baixas. Todo ello
sin dejar atrás la esplendida cocina de autor que Vigo dispone.
UN MAR DE NATURALEZA (Atrapada entre el mar y la montaña)
Que no te engañe el perfil industrial de la ciudad: sin salir del centro
urbano podrás disfrutar de la naturaleza siguiendo senderos naturales por el
monte de O Castro o perdiéndote en las inmensidades del Parque de Castrelos.
Pero si estás dispuesto a ir un poco más allá, te esperan grandes
recompensas: Vigo está “atrapada” entre su cadena de parques forestales que la
rodea por tierra y su Parque Nacional de las Islas Atlánticas que la cerca por
mar.
Solo este entorno natural único puede combinar hermosos caminos hasta
playas y faros con rutas de senderismo e itinerarios en bici de vistas
espectaculares. Siempre con el mar de fondo.
¿Y qué mejor forma de disfrutar de la naturaleza que dejarse llevar por la
brisa y las olas? puedes practicar surf, windsurf o kitesurf en las playas,
hacer una travesía en kayak por la costa o pasear en velero por la ría.
UN MAR DE NOCHES (Noches infinitas)
Gente cálida, clima suave, conciertos, rutas de marcha. La noche es larga y
si quieres en Vigo no se acaba.
Sea la hora que sea encontrarás una zona en la que bailar, terracear o
salir de copas. Vigo aún conserva el espíritu rebelde de la Movida musical de
los años 80 y hoy tiene rutas para todos los gustos y edades.
Si eres más independiente tu sitio es Churruca, donde Vigo se viste de rock
e indie. Pero si lo que te gusta es bailar al ritmo del último hit de moda, ya
sea música latina, comercial o electrónica, tu noche en Vigo pasa por la zona
de Areal, donde se dan cita los nocturnos más glamurosos de la ciudad.
En Vigo podrás encontrar sitios tranquilos de primera hora, locales con
música en directo, bares de ambiente, pubs y coctelerías chic, locales retro o
indie, discotecas y after-hours. Visita el Casco Vello/barrio histórico a
primera hora para empezar con una ruta de tapas y vinos, en un ambiente
informal. También puedes arrancar la noche en el Vigo más señorial, por la zona
de la Alameda y las terrazas de Montero Ríos.
Y como casi todo en Vigo, las noches más largas también van a dar al mar.
Beiramar y la playa de Samil concentran las mayores discotecas de la ciudad,
podrás seguir de fiesta hasta el amanecer y más allá. Una alborada en la playa
puede ser el mejor final para una noche que se resiste a acabar.
UN MAR DE CULTURA
Conciertos, teatro, galerías, museos, festivales… y hasta un yacimiento
arqueológico castreño en pleno centro. Tendrás siempre un mar de actividades
culturales que hacer cuando visites Vigo, solo tienes que consultar la agenda.
Lo difícil después será decidirte.
En el corazón de la ciudad y sin desviarte de las rutas más turísticas,
tras recorrer la calle peatonal y comercial por excelencia, a rúa do Principe,
llegarás a la reciente inaugurada Pinacoteca municipal, que atesora la esencia
del arte gallego.
Desde el centro también puedes dar un paseo por las calles más señoriales,
Policarpo Sanz y García Barbón, cuya arquitectura es un vestigio del apogeo de
la burguesía local de finales del siglo XIX. Muchos de los elementos
arquitectónicos más significativos están en las cornisas y en los remates de
las fachadas de piedra.
Marcando esta ruta arquitectónica encontrarás varios de los edificios más
emblemáticos de Vigo, como el antiguo Teatro García Barbón, el Centro Social
Novacaixagalicia o la Casa das Artes, que ofrecen exposiciones gratuitas.
Y si lo tuyo es la historia y quieres saber más sobre Vigo y la cultura
gallega te proponemos dos museos: el etnográfico Liste y el municipal Quiñones
de León, este último ubicado en un pazo o casa tradicional de la nobleza
gallega de hermosísimos jardines.
Y como no podía ser de otra manera, Vigo cuenta también con un Museo del
Mar, situado en un enclave privilegiado con vistas a la ría, al igual que el
VERBUM , Casa das Palabras un museo interactivo sobre la comunicación humana,
perfectos ambos para ir de visita de camino a la playa.
sábado, junio 13, 2015
Se sumerge en la historia y
explica porqué Vigo se conoce como “ciudad olívica”, “estaba rodeada de extensos
olivares que fueron mandados a talar por Isabel la Católica porque Vigo se
mostró partidaria de Juana la Beltraneja, su enemiga en la unificación de las
coronas de Castilla y León", y la importancia de este árbol en su escudo “La ciudad no ha olvidado su ‘olívico’
pasado; en una de sus calles principales, como símbolo de ésta han plantado un
frondoso olivo”.
Más adelante se deshace en elogios hacia la ciudad a la que
califica de “bella, amplia, abierta,
limpia y se encuentra distribuida entre varios cerros” y no se olvida de
sus espectaculares vistas aéreas “la vista de la ciudad es impresionante, con
la ría y las Cíes cerrando la bahía. En la parte más angosta de la ría se
destaca un enorme puente, que en su momento fue prodigio de la ingeniería
mundial. Se trata del puente de Rande”.
Prosigue su relato describiendo la batalla de rande, la
expulsión de las tropas francesas por “valientes
vigueses”, ahora convertida en fiesta popular llamada "A Reconquista" y la travesía por la Antártida de “Chus” Lago.
